Las galaxias
Una
galaxia es un conjunto de
estrellas, nubes de gas, planetas, polvo cósmico,
materia oscura y quizá
energía oscura, unido gravitatoriamente. La cantidad de estrellas que forman una galaxia es incontable, desde las
enanas, con 10
7, hasta las gigantes, con 10
12 estrellas (según datos de la
NASA del último trimestre de 2009). Formando parte de una galaxia existen subestructuras como las
nebulosas, los
cúmulos estelares y los
sistemas estelares múltiples.
Históricamente, las galaxias han sido clasificadas de acuerdo a su
forma aparente (morfología visual, como se la suele nombrar). Una forma
común es la de galaxia elíptica que, como lo indica su nombre, tiene el
perfil luminoso de una elipse. Las galaxias espirales tienen forma
circular pero con estructura de brazos curvos envueltos en polvo.
Galaxias inusuales se llaman galaxias irregulares y son, típicamente, el
resultado de perturbaciones provocadas por la atracción gravitacional
de galaxias vecinas. Estas interacciones entre galaxias vecinas, que
pueden provocar la fusión de galaxias, pueden inducir el intenso
nacimiento de estrellas. Finalmente, tenemos las galaxias pequeñas, que
carecen de una estructura coherente y también se las llama galaxias
irregulares.
Se estima que existen más de cien mil millones (100.000.000.000) de
galaxias en el universo observable. La mayoría de las galaxias tienen un
diámetro entre cien y cien mil
parsecs y están usualmente separadas por distancias del orden de un millón de
parsecs. El
espacio intergaláctico está compuesto por un tenue gas cuya densidad media no supera un
átomo
por metro cúbico. La mayoría de las galaxias están dispuestas en una
jerarquía de agregados, llamados cúmulos, que a su vez pueden formar
agregados más grandes, llamados supercúmulos. Estas estructuras mayores
están dispuestas en hojas o en filamentos rodeados de inmensas zonas de
vacío en el universo.
Se especula que la materia oscura constituye el 90 % de la masa en la
mayoría de las galaxias. Sin embargo, la naturaleza de este componente
no está demostrada, y de momento aparece sólo como un recurso teórico
para sustentar la estabilidad observada en las galaxias. La materia
oscura fue propuesta inicialmente en 1933 por el astrónomo suizo Fritz
Zwicky, pues la rotación observada en las galaxias indicaba la presencia
de una gran cantidad de materia que no emitía luz.